Audición Humana
- Aaron Almonacid
- 4 ene 2018
- 2 Min. de lectura
Para comprender la forma en como percibimos el sonido, necesitamos ver a grandes rasgos como está conformado nuestro sentido de audición.

El oído externo, está formado por el pabellón auditivo (la oreja) principalmente, que es el encargado de recibir las señales que producen la variación de presión de partículas que viajan a través del aire y conducirlas al oído medio.
Oído medio, donde se ubican órganos estratégicos: El martillo, Yunque y Estribo (por las formas parecidas a estos elementos), estos huesecillos se mueven al recibir las señales del oído externo a través del tímpano y transforma esas señales en movimiento para entregarlo al oído interno.
Oído Interno, formado por su principal órgano llamado caracol o cóclea, recibe el movimiento del estribo (último hueso del oído medio). El caracol se encuentra sumergido en un liquido llamado “perilinfa” este líquido se mueve y hace mover las pequeñas fibras filosas llamadas “células ciliadas” de las que se compone el caracol que se encargan de transmitir al cerebro estas vibraciones, el cerebro las interpreta y nos permite entender el sonido.
El oído humano no percibe todas las frecuencias al mismo nivel (volumen), en el siguiente gráfico, podemos ver como los científicos llegaron a un estudio promedio de cómo percibimos en diferentes niveles, las diferentes frecuencias, a este estudio se le denomina “Curva de Fletcher”:

En el gráfico anterior podemos observar un par detalles interesantes:
1.- El oído no percibe todas las frecuencias con igual volumen, vemos que en la línea rosa (que es donde el volumen está más bajo), las frecuencias bajas se escuchan a mucho menor volumen que las frecuencias altas.
2.- El 0dB SPL es casi imposible de lograr, de hecho el oído en términos generales empieza a escuchar más o menos a los 25 dB en adelante, donde se encuentra el punto indicado como “umbral de audición”. Por otro lado también hablando en términos generales podemos ver que el “umbral del dolor” se encuentra alrededor de los 120 dB, que es donde el oído pueda experimentar dolor por el alto volumen.
3.- Otra consideración importante es que a medida que el volumen va subiendo, las líneas comienzan a tener menos pendiente, es decir la forma de escuchar se hace un poco más lineal o pareja en las diferentes frecuencias.

En el gráfico anterior podemos observar que dentro del rango audible de frecuencias que el oído humano puede captar, la música utiliza un rango menor de frecuencias que el rango “total” y la voz audible o la voz hablada (descrito en el gráfico como “palabra”) un rango de frecuencias aún menor que el de la música.
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