(mensaje para líderes, pastores e iglesia en general)
Económico:
Uno de los ministerios que más ha crecido en cuanto a importancia y atención dentro de las iglesias cristianas es sin duda el ministerio musical, creo que ha tenido mucho que ver, esta renovación de la música de las iglesias que vino de la mano de varios cantantes y compositores cristianos en lo que conocemos como “Alabanza y Adoración” en la década de los 90´s.
Hay iglesias donde a los músicos se los manda a estudiar, ya sea en escuelas de música o se les contrata algún profesor particular para cada instrumentista o para el grupo en general, sin embargo, en el área de sonido no es muy frecuente esto. Pero si tenemos en cuenta que los sonidistas son los encargados de manipular los equipos, que muchas veces con tanto esfuerzo adquirimos, eso no sólo los hace responsables del adecuado funcionamiento sino también pueden hacerse cargo del mantenimiento de estos equipos, entonces tal vez vale la pena apoyarlos económicamente para tomar algún curso, ir a alguna escuela de sonido o incluso contratar profesores por internet, hay muchas formas aprender hoy en día, pero el hecho de que haya un apoyo económico de parte de la iglesia, no solo es un respaldo que sentirá el sonidista de parte de su congregación, también será un compromiso y responsabilidad extra que tendrá para hacer su labor lo mejor posible. He conocido iglesias donde el hermanito encargado del sonido, hace un esfuerzo tremendo para tratar de llevar siempre de los primeros a las reuniones y ensayos para preparar todo, y a veces hasta les falta el dinero para movilizarse. Estemos atentos a estos detalles, porque incluso hay iglesias donde algún encargado de ministerio o músicos reciben alguna ofrenda, sea por semana, mes o por actividad especial en la que participe, también los encargados del sonido, pueden llegar a ser reconocidos con algo así, QUE NO SEA ESA LA MOTIVACION, por el contrario, en otras ocasiones me ha tocado estar en actividades que duran todo el día y varios días, sea seminarios, congresos, etc. Pero ni siquiera le acercan un agua o un pan a los hermanos que están trabajando para esa actividad, o si hay comida para vender, se las cobran. Son detalles, pero pueden hacer una gran diferencia del ambiente con que se trabaje, un pequeño gesto de reconocimiento y agradecimiento nunca viene mal, ni está demás.
Espiritual:
Por muchos tiempo se ha considerado a los “hermanos que están en la consola” los mundanos de la iglesia, lamentablemente muchas veces hemos dado esa imagen, al estar desconectados en los momentos de oración, o charlando en los tiempos de predicación. No sé como ni porque, pero pareciera que la consola es un punto de encuentro, de hermanos que tienen ganas de hacer algo diferente a lo que en ese momento se está haciendo en la reunión. Por supuesto que los sonidistas no levantan las manos, ni cierran los ojos, ni oran, estas actividades están prohibidas por su religión. Uno de los propósitos de estas letras es alentar a que lo que acabo de describir no siga pasando. Necesitamos capacitarnos lo suficiente para hacer nuestra labor lo mejor posible y de esa forma, TAMBIEN poder participar en las actividades de la reunión como un congregante más, que va a dar su adoración, a relacionarse con sus hermanos y a escuchar la voz de Dios a través de su palabra.
Habiendo dicho todo esto, también necesito decir que como cualquier otro hermano de la congregación, necesitamos que oren por nosotros, que nos corrijan, que nos enseñen, que nos inviten (a comer), etc. Queremos ser y sentirnos parte de la congragación, necesitamos que nos ayuden para aprender a dirigir una oración en público o estudiar la palabra, hacer cualquier actividad que cualquier hermano haría. Lo que nos saque de nuestra comodidad de estar detrás de una consola, será bienvenido y de bendición.
Logístico:
No sé si en las “mega iglesias” pasa, pero en muchas de las pequeñas y medianas en general hay problemas de presupuesto, cada corporación y congregación tiene su forma de organizar los temas referidos a la economía. Lamentablemente en este mundo frívolo y descarnado en el que vivimos, para tener buenos resultados en alguna actividad que las necesite, hay que tener buenas herramientas y es ahí donde existe una relación casi pecaminosa entre Calidad y Precio. Los equipos de sonido y los instrumentos de calidad generalmente son caros, pero nos darán mejores resultados y en general son más duraderos en el tiempo, que los de menor costo. Por eso cada vez que quieran adquirir algún equipo nuevo, sea de video, de audio, de instrumentos, de lo que sea, siempre busque una buena asesoría para tratar de aprovechar al máximo el presupuesto.
Otra parte importante del apoyo logístico es tratar de involucrar a más personas en el trabajo “pesado” cuando se necesite, esto quiere decir, cuando hay actividades extras, donde hay que mover bafles pesados y grandes, cargar equipos, armar y desarmar cables, baterías, amplificadores de guitarra o bajo, etc.. Los encargados de la organización piensen en este punto, para no dejar que una sola persona o dos, para “ganarse” el privilegio de estar detrás de la consola se rompan la espalda. Recuerdo una vez en mi iglesia de Chile, se organizó una actividad junto con otras iglesias, en un lugar abierto en el centro de la ciudad, me acuerdo que ese día estuvimos desde temprano desarmando todo (equipos de sonidos, instrumentos y demás) en nuestra iglesia para volver a armar al aire libre en el centro, éramos como 4 o 5 adolescentes que tocábamos y hacíamos todo lo demás. Terminamos de desarmar, llegamos al lugar, armamos todo de vuelta, por supuesto haciendo lo más rápido posible para estar listo antes de la hora de inicio de la actividad, todos traspirados y sucios, terminamos de armar (ni siquiera probamos nada) porque era la hora de comenzar el servicio, por lo tanto, cuando ya sonó (solo eso nos fijamos que funcionen los equipos), me pongo a afinar mi bajo y viene el pastor organizador me mira (todo sucio, traspirado y cansado) y me dice: “oiga joven, usted no se puso ni una camisa, ni corbata” recuerdo que ese día ni siquiera nos pagaron el flete, tuvimos que juntar entre nuestras moneditas de adolescentes, para pagar la camioneta que no llevo los equipos. Ojala siempre pensemos en estos detalles, para que todos sirvamos a Dios con alegría y cada uno en su labor aportando lo mejor que pueda.